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República Dominicana se ve a la ley para frenar la matanza callejera

País más peligroso del mundo para los conductores es la esperanza de la legislación y la educación va a terminar el desprecio por las normas de circulación

Ezra Fieser en Villa Mella

guardian.co.uk, Lunes 22 de julio 2013 14.04 BST

Una calle muy transitada en Sosúa, República Dominicana. Los accidentes de tráfico son una de las principales causas de muerte de los ciudadanos, reclamando más vidas que el crimen violento. Fotografía: Alamy

Desde la carretera de tierra que conduce a su casa, César Teharan dirige a la calle principal estridente de un suburbio Dominicana en una moto 125cc con sus dos hijos a sus espaldas.

Es el caos en la calle. Los taxis compartidos, a menudo con las luces traseras rotas, detienen indiscriminadamente a la recolección y la caída de pasajeros. Microbuses, o guaguas, a su vez dos carriles en tres. Los peatones Sprint a través del camino. Los conductores salen de tiendas de barrio que llevan cervezas en bolsas de papel marrón, entrando en diesel-eructos SUV.

Teharan y sus hijos, con edades entre ocho y12, se aprietan en el asiento de vinilo rasgada de la motocicleta. El casco tienen sienta inútilmente en el depósito de gasolina.

Tal generalizado desprecio por la seguridad personal y la obediencia a las reglas de la carretera ha contribuido a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) la clasificación de esta nación caribeña de 10 millones de dólares como el país más peligroso del mundo para los conductores. El informe de 2013 encontró que había 41,7 muertes por cada 100.000 habitantes de automovilismo en 2010, empujando por delante de Tailandia.

Funcionarios dominicanos están tratando de cambiar un sistema que ha permitido - algunos dicen que incluso se anima - una cultura de indiferencia hacia las normas de tráfico y seguridad vial. Un proyecto de ley, que se prevé que será votado por la Cámara Baja del Congreso en las próximas semanas, sería reformar las agencias de tránsito y poner en marcha una campaña para incorporar la educación vial en los programas escolares.

Pero los defensores de la seguridad vial temen que el proyecto de ley podría ser dejado de lado debido a la resistencia de los poderosos sindicatos que representan a un sistema de transporte semipúblico ejecutando los microbuses y taxis.

"Esta es una crisis en la que la gente está muriendo en las calles todos los días," dice Pablo Arredando, uno de los fundadores de FundaReD, una organización sin fines de lucro dominicana dedicada a mejorar la seguridad vial, que ayudó a redactar el proyecto de ley. "Nos falta la voluntad política y la sociedad, para cambiar la situación."

Los accidentes de tráfico son una de las principales causas de muerte de los ciudadanos dominicanos, reclamando más vidas que los crecientes niveles de delitos violentos, que reciben más atención de los medios.

En 2010, más de 4.100 conductores dominicanos y peatones murieron en accidentes. En el Reino Unido, que tiene seis veces la población de la República Dominicana, había cerca de 2.300 de esas muertes en ese año.

"Los accidentes provienen de una combinación del sector de transporte público ... más peatones, que no tienen manera de cruzar la calle con seguridad", dice Cesarina Nin Ferreras, quien supervisa el análisis de los accidentes de tráfico de dirección general del gobierno para el transporte terrestre.

Los peatones y los conductores de motocicletas o pasajeros involucrados en accidentes comprenden 83% de los accidentes mortales de tráfico en 2010, según la OMS. Sólo el 10% de la media estimada de un millón de motociclistas tienen licencia, de acuerdo con estadísticas del gobierno.

Los defensores del proyecto de ley de seguridad vial dicen que se necesita desesperadamente para frenar el extendido incumplimiento de las normas de seguridad vial. Señales de la calle en las intersecciones importantes advierten a los conductores a obedecer las leyes de tránsito, sin embargo, estas mismas calles están llenas de bombas de gasolina donde los asistentes venden cerveza a los conductores y tiendas de drive-through licor que sirven cócteles de ron.

Hasta ahora, las campañas de educación vial, incluyendo aquellas contra el alcohol al volante, no han resonado con la gente común, dice Nin Ferreras. "Damos charlas y talleres y ver a la gente para conciliar el sueño", añade. "Tenemos campañas donde vamos a los vecindarios y repartimos gratis [] chalecos reflectantes y cascos para los motociclistas y les decimos cómo obtener su licencia, pero nadie quiere ir a través de los pasos para obtener sus licencias."

Casco leyes existen para los conductores de motos, pero hay poco temor a las autoridades. Cada año, la policía de tránsito escribir decenas de miles de entradas por infracciones como no llevar casco, pasarse una luz roja, y el exceso de velocidad. Menos del 10% de las entradas se pagan. Más de 3,400 dominicanos han acumulado 50 o más multas de tráfico pendientes de pago, de acuerdo con la Autoridad Metropolitana de Transporte (Amet).

"No tenemos una forma moderna de penalizar [los que violan la ley]", dice Tobias Crespo, un congresista que ha patrocinado el proyecto de ley para reformar la policía de tráfico y la introducción de un sistema de licencias moderna. "Nadie tiene que rendir cuentas. ¿Por qué pagar a la gente si saben nada va a pasar con ellos?"

La única esperanza para cambiar esto es a través de la aplicación y la educación, dice Crespo. "Tenemos que crear una generación que respeta las normas de tráfico y de vidas humanas", dice.

Para ello, la República Dominicana necesita con urgencia la legislación propuesta. Será reformar las 10 organizaciones que supervisan la aplicación de las leyes y la educación vial y el tráfico, e introducir las clases de seguridad vial para los jóvenes, así como programas de educación vial en las escuelas.

De pie en su camino son los poderosos sindicatos del transporte que se oponen al proyecto de ley. Todo disminuyeron las solicitudes para ser entrevistados por The Guardian.

"Los sindicatos pueden apagar el país", dice Arredando. Y lo hacen a menudo, pidiendo huelgas de transporte, cuando se ven amenazados sus intereses comerciales.

Los legisladores esperan una versión suavizada de la ley de tránsito va a pasar, pero es probable que sea despojado de las disposiciones que regulan los taxis y microbuses.

"Este sería un buen comienzo, aunque no es ideal", dice Arredando. "Por lo menos vamos a tener un punto de partida, porque la alternativa es seguir viendo a nuestros hijos e hijas mueren en las calles."

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